25/4/09

Yo digo...

No tengo alma, pero soy un soldado.

Nunca tuve un fotolog. Nunca toqué la guitarra. Nunca supe qué decir cuando me llamaron. Nunca intenté hacerlo y pude. Nunca fui feliz en una iglesia. Nunca traté de perseguir con los pies atados, algo que nunca iba a alcanzar. Nunca estuve al pedo. Nunca estuve en pedo.

No tengo un blog. No tengo sueño. No tengo sueños. No tengo buenos recuerdos. No tengo el número de teléfono de ella. No tengo teléfono. No tengo buenos amigos. No tengo nada.

No quiero escapar de acá. No quiero lograr lo que nadie pudo. No quiero ser lo que nadie fue. No quiero ayudar a nadie. No quiero parecerme a alguien bueno. No quiero ser alguien bueno. No quiero tu sonrisa. Ni tampoco tu número.

Tuve una mala infancia. Tuve malos padres. Tuve una mala familia. Tuve una mala escuela. Tuve malos compañeros. Y tuve las peores mascotas.

Nunca lloré. Nunca grité. Nunca sonreí. Nunca me enamoré. Nunca supe el verdadero significado de la palabra "amigo". Nunca supe el verdadero significado de la palabra "amor".

No creo en Dios. No creo en Jesús. No creo poder terminar este post. No creo poder creer en vos. No creo poder llegar a ser algo algún día. No creo en vivir sólo.

No me gusta verte así, ya sabés cómo. No me gusta verlos así, ya saben cómo. No me gusta verme así, sé muy bien cómo. No me gusta "The Beatles". No me gusta "The Killers", ni Coldplay.

Odio 24. Odio "Prison Break", "Lost", o cualquier serie parecida. Pienso que "Hombre en llamas" es la peor película de acción que ví en mi vida, y no se me escapa ni una sonrisa cuando veo "La pistola desnuda". No sé quién fue "John Lennon" o quién interpreta a "Jack Bauer". Odio a Jack Bauer.

Amo a Boca. Amo a Cristina Fernandez de Kirchner. Amo el reggaeton. Amo a "El perro". Amo "Bailando por un sueño" y cualquier programa por el estilo. "Amo lo que amas, yo te amo"... es una frase que amo. Amo a Huracán. Amo las tribus urbanas. Amo lo que todos aman. Amo a Cumbio.


- Che, ¿qué es sarcasmo?
- Ehhh... no sé cómo explicartelo. ¿Querés que te dedique un post, así lo entendés?
- Dale.

18/4/09

Yo digo...

Yo Cumbio...

¡¿Eh?! ¡No! No pensés que... no, no, no, ¡NO! El título no tiene nada que ver con que ahora me guste Cumbio o que él haya tomado poder sobre este blog. Para nada. Ni que en este tiempo de ausencia me haya hecho flogger. Aunque pude. No, la verdad, no.

En fin, este post está dedicado a la siempre criticable música que identifica el baile moderno de los argentinos: la cumbia. Y por más que desde que empecé a salir a cumples de 15 (cuando tenía 15 años, ja) hasta hace unos cuantos meses odié este tipo de "música", a veces pienso que es un orgullo (¡JA!) que bailemos eso. En todo caso, es mejor que el reggaeton y el punchi repetitivo de los flogger.

Entonces, Cumbia... ¿qué es? ¿Un estilo de música cultural cuyos orígenes provienen de las clases más bajas de la sociedad, con letras profundísimas sobre la digna y pobre realidad social que afrontan los más desafortunados?

¿O es un tipo con un piano, que se junta con otro tipo con un rayador, que se junta con otro tipo que sabe cantar mas o menos bien, y juntos, hacen canciones que hablan de violaciones, minas que bailan en la pista, cómo bailar y el faso?

Bienvenido sea M1cest, un user de YouTube cuyos orígenes son tan inciertos como su actual vida. Que, bueno, desapareció de la faz del internet porque dice que tuvo un montón de bardeadas.

En fin. Volvamos al "Cumbia... ¿qué es?". Podríamos tener la opinión de un profesinal, pero lamentablemente, Tomás García se encuentra en otra ciudad en estos instantes, por lo que será difícil contactarse con él. Quizás en el próximo programa (¡!) tengamos la oportunidad. (Ah, ¡re loco!)

Concluyendo, la cumbia es excelente para bailar. Es algo que los varones nos animamos a bailar sin parecer los completos idiotas que somos. No como el reggaeton. ¡Reggaeton! Qué feo.
Por otro lado, el cuarteto también está bueno. Pero bueh... eso es para otro post.


"Cuando empezó estábamos tan bien.
Pero la noche nos deja en ridículo
a la luz del día."

Ezequiel J.